domingo, 23 de agosto de 2009

LIBÉLULA ENJAULADA

Siempre nos envuelve un entorno cálido o frío,
pero siempre reminiscente.

Un sabor, un color, un olor o un sonido nos atrapa,
nos transporta a escenas que ya vivimos,
a una atmósfera que ya estaba creada,
con la que capturamos el espacio...

El ruido de las sartenes es para Peter Zumthor,
el hilo que lo une con una situación anterior,
lo que le lleva a pensar en la cocina de su casa de la infancia.

Entornar los ojos a la vez que el sol se esconde
es la reminiscencia de esa charca,
La misma que encierra una casa , una historia, una vida y
los recuerdos que siempre permaneceran allí,
entre el olor a hierba y a broza mojada.

Pero ya nada es lo mismo...

El paisaje transformado ya no representa lo mismo.

Siempre se acumularán historias encima de ésta,
en otro estrato, en otra linde distinta
como ocurrió cuando la libélula llego allí...

Ahora es una libélula alejada de su charca
e insertada en la ciudad...
Una libélula alejada que suprime acequias,
caminos y una higuera centenaria
por cuatro muros delimitados entre muros de contención.

Todo mantiene su olor a húmedo,
los mosquitos revolotean por lo alto del trasvase.
Todo mantiene su olor a húmedo,
pero no su sonido...

Ya nada allí suena igual
porque la libélula no está planeando
alrededor de su charca...

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