lunes, 24 de agosto de 2009

A ESCALA 1:1

Ausentándose del medio, del cubo de 12 m2 envuelto por esa tonelada de catálogos constructivos e inmensos escalímetros que barajan la realidad adaptándola a diferentes escalas para poder diseccionar el entorno, se cerró el archivo de ACAD de fondo negro y miles de líneas trazadas con exactitud ortogonalmente para dar salida exterior a un propio proceso de diseño asistido en la vida.




Desprendimiento de capas y grosores para no perder la cordura con la que todo queda programado hacia el exterior, para interactuar con el espacio modelo y dejar a un lado el espacio papel.

Notar como si fueran a por mí, como si cortar el aire me hiciera reaccionar y ver que todo ha cambiado. Darme igual si gastada un cuarto de depósito o todo entero, pero que a la vez esa escapada no dejara de ser lo que es, una escapada…

Entre contingencias, humo y puestas de sol observas por ti misma después de kilómetros y kilómetros, que tu vida y aquel lugar tan especial han cambiado a ritmo constante.
Ya nadie se tira naranjas en inmersos huertos recubiertos de ortigas y amor del or telano. Todo el mundo ha olvidado las carreras en bici, las cabañas casi reales, los nados en la balsa de la Casa Azul y los descansos a la sombra de cualquier pino durante horas que acababan cuando salían a buscarte como si te hubiera engullido la tierra con su caprichosa boca. Ya todo queda alejado de pensamientos ridículos…

Ahora todos necesitáis más que eso, necesitáis vallar vuestras vidas en vuestra propia prisión casera apresando cada rincón como si fuera vuestro. Yo no podré dejar de arrancar cada hoja que los grandes complejos sociales hacen que la gente huya de la vaciedad que les corrompe, para yo entonces vuelva a posicionar cada árbol, cada senda, cada caño y cada acequia que ahora yacen tapados, por el afán humano…

Sólo en noches de fiebre el mismo incesante sueño de niñez vuelve a mí, a aquel abstracto bancal envuelto de un fango asqueroso donde tantas veces me senté y observé el tumulto que agitaba el alrededor…

Abro el cajón medio a oscuras en busca del termómetro y lo único que encuentro es una llave antigua por si me sale algún orzuelo por envenenar mi vista y justo al lado un tubo de pastillas jódete, por si no te gusta la nueva forma de vivir…

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