lunes, 29 de marzo de 2010

TÚ NUNCA MORIRÁS


No tiro las cenizas por apagar lo que se fue,
pero es tanta extrañeza la que viene ahora
después de quimeras alentando el beneplácito
que evoque la nada, que es el mar de mi todo 
de un perfume de despedida desierto y sin anilina;
que el vivir sólo es soñar y yo apenas te sueño.

No es que estés lejos es que no cabe manera
sólo la intención de haber acariciado tu quietud,
piel delicada que todavía eternizaba
manos temblando de anhelo por alcanzarte
y mi piel repleta de músicas pasadas
que llevan casi una veintena durmiendo.

Quería desplomar mis yemas por tus sazones,
tú te conmovías previamente y murmurabas atisbos
como si todavía constaras aquí y fuera sólo un sueño.
Nuevas sacudidas, que cuando arrumban
un golpe de teléfono las evapora al despertar,
porque las buenas cosas mueren bajo el sol.

‘‘Que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar‘‘


domingo, 21 de marzo de 2010

PRIVADO


Se pasó tu tiempo y de tanto privarte sólo me limité a darte un beso esquivo y accidentado a un abrazo que termine en el llorar con el que hidratamos nuestras heridas. El oleaje parece que siempre se torna cruzado ante nuestras vidas, siempre huraño para no hacernos digerir entre apegos el poso del mundo.

Se pasó el tiempo, las luchas de flaqueza y llegó la entereza que te absorbe y hace que a veces te quiera tanto que al rato asuma tragar espuma cuando se apaga la luz que hay al otro lado de la muralla que las arterias han dibujado en mares de andamios.


lunes, 8 de marzo de 2010

ATLAS MARINO


¿A quién esperas entornando los ojos hacia la marea?
Pisas los pétalos de sal que arrastra la pleamar
entre latidos abujardados de sabor incertidumbre,
lloras lágrimas con brozas de espuma que nunca acaban
y son olas que desvían el ventrículo hacia la derecha
como la tormenta que revienta junto a tu pecho.


La condena de plantar tus estribos junto al agua
como faro reconstruido en bocas de salitre peraltadas
y las gaviotas se alejan, no oyen, mienten en bandadas
al horizonte y se preguntan si estás alicaída o alicatada,
mientras afuera los vientos silbaban con envidia
¿A quién esperas entornando los ojos hacia la marea?

http://www.youtube.com/watch?v=yWIiyJ_0dQA

Otras miradas