domingo, 23 de agosto de 2009

C/ DEL SILENCIO S/N

Estas justo en el balcón de enfrente y ni siquiera te puedo hablar. Notas como todo se viene encima y no sabes cómo poner el píe, pero sí que cada vez se hace todo más grande y nada te ayuda a poner fin.

Sólo incitarte a salir corriendo como maniobra de escapismo y de evasión, aunque por infortunio no consigas abstraerte del desastre manifiesto que encadenó tu vida a esto.
Te intento plasmar desde el balcón de enfrente, pero no lo consigo. Mi balcón es muy similar al tuyo, pero se diferencian. Tú con dirección Calle del Silencio nº 6, mientras que yo te sigo desde el nº 16.

Hasta aquí puedo ver tu balcón con azulejos blancos resplandecientes como el primer día que los pusiste. Está repleto de macetas con margaritas y orquídeas donde cada pétalo tiene contenida una frase, un sentimiento o un amargor ácido que a veces gotea por el vierteaguas del vecino y va creando una lágrima que deja señal por la pared, como la humedad del llanto que yace guardada en tu caja que rebosa repleta de cartas y canciones que quizá reflejan situaciones muy parecidas a las que vives ahora.

Mi balcón carece de interés, sólo tengo azulejos rasgados verticalmente por el tiempo de mis heridas y que de nada sirve cambiarlos porque mis paredes están húmedas y no se adhiere ni tan si quiera el cemento cola a la superficie. Mi alicatado quedó así para que resbale mejor el agua y las lágrimas, para que vayan más rápido al bajar por el vierteaguas hasta poder alcanzarte y abrazarte y que no te sientas sola en ese sin sabor de gotas que colman el plato del macetero ese en el que con tanto cariño alguien plantó aquellas margaritas blancas, puras, con la inocencia intacta de la ilusión de como si se le fuera la vida en ello…

Entre el tumulto de la calle que resuena en tu mente, entre el silencio del eco que zumbea sigilosamente tu vida parece que vuelves a pillarte los dedos como cuando rellenabas aquella caja roja de cartón, pero realmente es la luz intermitente de un coche en doble fila que ondea reflejos en tu habitación para que tú formes cada día constelaciones y para que lleves en tu equipaje trozos de placer a precios económicos…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Otras miradas