domingo, 23 de agosto de 2009

CEROS Y UNOS

La paradoja de la habitación china de John Searle es una interesante reflexión acerca de la inteligencia y el conocimiento como problema biológico.

Imaginemos una habitación totalmente cerrada, sin puertas ni ventanas, cuya única forma de comunicación con el exterior es una rendija en un lateral del tamaño de la de un buzón de correos.

Dentro de esta habitación, tenemos a una persona de nacionalidad española, un montón de diccionarios y libros de chino, y una lista de instrucciones suficientes para descifrar un mensaje escrito en chino. La persona que está en la habitación no sabe chino.
De un modo regular, un chino entrega mensajes escritos en chino al individuo de la habitación a través de la rendija. Al cabo de un tiempo, el chino ve como a través de esa misma rendija, sale otro mensaje en respuesta al suyo anterior. Este mensaje también está en chino.
¿Qué ha ocurrido? pues que la persona que se encuentra en la habitación ha utilizado su listado de instrucciones y los diccionarios de chino que posee para descifrar el mensaje y elaborar una respuesta en ese mismo idioma.

Si observamos el conjunto desde la perspectiva del chino que entrega los mensajes, veremos que éste no tiene motivos para no creer que la persona que está en el interior de la habitación no sepa chino, pero en realidad sabemos que no es así…

¿Quién sabe chino entonces? ¿Las instrucciones? ¿Los diccionarios? ¿El conjunto de la habitación? ¿¡NADIE!? En otras palabras ¿Dónde reside el conocimiento?

La paradoja de la habitación china es usada para probar la futilidad del test de Touring. (una máquina, un robot, o un ordenador supera el Test de Turing si al comunicarse con una persona es capaz de hacerle creer que es otra persona).

Searle intento probar que las maquinas no pueden pensar o incluso que los ordenadores no pueden pensar. Son malentendidos.

El cerebro es una maquina biológica y puede pensar, del mismo modo que podrían construirse cerebros artificiales capaces de pensar. El cerebro es una maquina orgánica. Los cerebros humanos a veces también computan, suman 2+2 y obtiene 4. Algunos computadores también pueden pensar.

En la tesis de la IA fuerte no trata de que un ordenador pueda tener estados mentales, sino que por sí mismo es constitutivo de poseer una mente, ya que su programa esta generado por términos puramente sintácticos que genera una vida mental.

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