Acabaron las ropas de octubre
derramadas sobre las lamas
que crujen al despedazarnos.
Mientras buscábamos cobijo
entre pétalos de algodón y pólvora
formando cruces con los candados
de tus brazos y los míos,
de tus piernas y las mías
para hacernos un solo garbillo
recomponiendo la fría brisa
que nos trajo el alba.
¡Magnífico! Un poema de otoño sin caer en tópicos.
ResponderEliminarbesos
Qué mejor manera de entrar en el Otoño, que sintiendo calor donde el clima dice que tienes que sentir frio... :)
ResponderEliminarEl otoño va a resultar no ser tan frío como nuestros ojos acostumbran a ver y nuestra piel a sentir..
ResponderEliminar¡Besos a los dos!