He pensado demasiadas veces
cerrar con revocos a cal y canto
la puerta hexagonal que gestó mis propósitos.
La misma que me espina por dentro.
He pensado demasiadas veces
trazar caminos menos tétricos,
mutilar hasta la última cerradura
y perfilar los detalles por impedir volver.
Lo he pensado desmedidamente
y entre tanto se me olvidó olvidar
que por el hueco de la midilla
aún se cuela luz por conseguir mi juego de llaves.