Agarrados de la mano en esto,
yo siempre callo y escucho.
Abrazos a lo lejos van y vienen
entre serranías, siestas, arroyos
y por la noche siempre en los mismos bares
asesinándote por dormir como un niño
entre sendas que hieren estrellas
con llantos de guerra en cuerpos
que sedan dolores y soledades
aunque no duerma contigo.
pero quedes sedado entre brazos y abrazos ajenos, o al menos el calor te acompañe un ratito, aunque sea un calor, no de mentira, pero templado...
ResponderEliminarCon grado de inocencia adaptativa..
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