Y dirás que te retuerces de dolor.
Agitas tu pañuelo y lo extiendes
entre amasijos de auxilios.
Sollozos en corriente, nublos de silencio,
escudos por los días que vendrán,
y la sal está llena de espinas
por los días que ya vinieron.
A la vez que respiras la luz y la ceniza,
principio y fin habitan en el mismo relámpago.
Agitas tu pañuelo y lo extiendes
entre amasijos de auxilios.
Sollozos en corriente, nublos de silencio,
escudos por los días que vendrán,
y la sal está llena de espinas
por los días que ya vinieron.
A la vez que respiras la luz y la ceniza,
principio y fin habitan en el mismo relámpago.
referencia a Eloy Sánchez Rosillo
Pero de la ceniza el Ave Fénix resurgió y sus alas volvieron a batirse en el cielo.
ResponderEliminarbesos
Tú lo sabes bien, en cualquier caso, si no hay viento habrá que remar.Un beso.
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